INTRO O SUMARIO – “Las historias más antiguas y narradas del mundo son historias de aventuras que tienen como héroes a seres humanos que se atrevieron a ir en busca de tierras míticas, arriesgando sus vidas para regresar con relatos más allá de sus propias experiencias”. —Paul Zweig, The Adventure

Aislada del resto del planeta por las grandes barreras de los campos de hielo, las montañas y el mar, durante siglos la Patagonia fue conocida como el fin del mundo.

En el siglo XV, el gran navegador Fernando Magallanes fue el primero en penetrar esta región y encontrar el estrecho —que hoy lleva su nombre— entre los océanos Atlántico y Pacifico. En 1822, Darwin llegó a la Patagonia antes de seguir su famosa travesía hacia las islas Galápagos.

Este territorio, desde el margen de la civilización, fue incorporándose lentamente a nuestro entorno viajero gracias a los pioneros croatas, alemanes, británicos, franceses, y daneses, entre otros. Expediciones llevadas a principios del siglo XX en búsqueda de delimitar las fronteras chilenas y argentinas, conocidas como la Comisión de Límites, poco a poco domesticaron este terreno, crearon haciendas de ovejas y ciudades como Punta Arenas, testigo de una emigración europea masiva y con una arquitectura sofisticada y elegante en el fin del mundo…

Ahora la ruta está abierta para nosotros. Desde el lujo óptimo hasta el “trekking,” tenemos un rango de opciones insuperables. Al viajar allí, se puede clasificar como uno de los viajeros más afortunados del mundo. Supera cualquier punto de comparación para los amantes de la naturaleza, con sus paisajes y lugares remotos, cuyo misterio y esplendor son inolvidables. Salimos de la cultura de ciudad y la naturaleza nos reconcilia con nuestro equilibrio, enriquece nuestro mundo y extiende el horizonte de la vida cotidiana. Y más que todo, nos recuerda que somos parte de la totalidad de la Creación.

Después de disfrutar la ciudad de Santiago de Chile, se toma un vuelo de 3 horas y media hacia Punta Arenas. Al llegar comenzamos la ruta de unas 5 horas a través de la inmensidad de las estancias Patagónicas, para llegar al fantástico Parque Nacional Torres del Paine. Este fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1978. Su inconfundible geografía lo sitúa como uno de los más reconocidos a nivel mundial.

¡ENTRADA OFICIAL!

Antes de entrar oficialmente al parque, como regalo de bienvenida, percibimos a lo lejos tres picos agudos y filosos de granito llamados Torres del Paine alineados de norte a sur, e íconos de la Patagonia chilena. A lo largo de la carretera, los tímidos guanacos pastan en las llanuras, siempre en alerta en caso de que un puma los sorprenda.

UNO DE MIS LUGARES FAVORITO DEL PLANETA

Al pasar la entrada oficial del Parque, y como por arte de magia, estamos frente un lago de color turquesa donde se reflejan las montañas. Es majestuoso e irresistible. Seguimos nuestra ruta, emocionados y silenciosos, a lo largo de los lagos, todos diferentes, junto a picos de roca sedimentaria y granito de más de 3,000 metros. Ríos rugientes, saltos de agua y bosques frondosos color esmeralda. Las liebres corren y saltan como en la película de Blanca Nieves, mientras los zorros se esconden y algunos cóndores andinos planean majestuosamente. A veces pasan ñandúes, una especie de avestruz, insolentes en este entorno.

Después de una hermosa caminata de 40 minutos en el bosque fresco y verde, cruzamos un puente colgante para llegar a una playa de piedras negras; huella de glaciar. Abordamos el moderno catamarán Grey III en el lago Grey para descubrir su glaciar, pertenece al enorme Campo de Hielo Sur, la tercera superficie de hielo más grande después de la Antártica y Groenlandia.

Navegamos entre los témpanos gigantescos antes de llegar a la base del glaciar Grey, descubriendo vistas de diferentes ángulos del Macizo Paine. Llegamos a la pared del glaciar que mide más de 30 metros de altura y ocupa una masa de hielo de 6 kilómetros de ancho. Es una sinfonía azulenca que se modifica en todo momento, combinándose con los matices y tonalidades del cielo. Las enormes masas de hielo que se desprenden de la pared del glaciar nos sorprenden. La acción del viento y la corriente estimulan los témpanos azulados hacia una zona poco profunda del lago que se llama El Cementerio de Témpanos. El glaciar habla, murmura, cruje como los sonidos primordiales de la creación del universo.

Durante cuatro días la excursión se realiza a pie, en barco o a caballo. Luego cruzamos la frontera argentina por carretera hasta el glaciar Perito Moreno, cerca del Calafate y el Chalten. Es un viaje que superó todas nuestras expectativas; una experiencia de vida inigualable. Es un viaje perfecto para luna de miel, o ir con amigos o familia.

Dónde dormir y cuándo ir

HOTEL EXPLORA

Los hoteles están diseñados como refugio y base para explorar el Parque Nacional, y cada día puedes elegir entre un reportorio de exploraciones que se ajusten a su nivel. La comida, bebidas y excursiones están incluidas. Nuestros favoritos son el Hotel Lago Grey, de 4 estrellas, y el Hotel Explora, de 5. Recomendamos quedarse por lo menos cuatro noches y reservar con mucho tiempo de antelación.

El Parque se puede visitar el Parque todo en año. La temporada alta es del 1ro de octubre al 30 de abril, por lo que recomendamos ir justo antes o después de ella.

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